Él, sino que quiere magnificarse haciendo cosas por y para ellos, si ellos renuncian a la autosuficiencia y “esperan en Él”. Isaías anticipó las palabras de Pablo en Hechos 17:25: “[Dios] no es servido por manos humanas, como si necesitara de algo, puesto que Él da a todos vida y aliento y todas las cosas”. La singularidad del cristianismo es la gloria de Dios manifestada en la libertad de la Gracia. Dios es glorioso porque no necesita que las naciones hagan cosas por Él. Él es libre de obrar a favor
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